Windows Phone 8

Windows Phone nació en 2010 como sucesor de la familia Windows Mobile y una apuesta de cara a competir con los emergentes terminales iOS y Android que se prodigaban cada vez más entre los usuarios. Más allá de los desiguales resultados con respecto a sus rivales, uno de los mayores aciertos de Microsoft fue la interfaz Metro, el nuevo sistema de representación de menús e información que ha llegado a resultar tan importante como para instaurar dicha apariencia en el resto de dispositivos de la marca. Ahora, con el lanzamiento de Windows 8 tanto para equipos de sobremesa como tablets en su edición RT, toca cerrar el círculo lanzando una nueva versión de Windows Phone para unificar y dar coherencia a toda la familia de productos.

Todo se basa en la estructura de mosaicos/tiles. La nueva versión del sistema operativo permite, al igual que ya comentamos en la versión de escritorio,personalizar completamente nuestro entorno de navegación, de forma que lo que podría ser simplemente un icono para acceder a la aplicación puede convertirse en un pequeño display para mostrar información, ya sea el último e-mail que hemos recibido, una notificación de Twitter o alguna fuente de información a la que estamos suscritos. Tales posibilidades, en un terminal móvil, resultan fundamentales de cara a poder ver varios datos con tan solo una pasada.

La pantalla no se desperdicia en ningún momento. No hay barras informativas de ningún tipo más allá de una pequeña zona traslúcida en la parte inferior, enfatizando más si cabe en la idea de que Metro y en general la nueva familia Windows pretende resultar clara, limpia y directa. A esto ayuda el hecho de dar importancia a la integración de las diferentes aplicaciones con el sistema operativo, ya sea el nuevo navegador Internet Explorer 10, el sistema de almacenamiento en la nube SkyDriveo clásicos del software de la marca como Microsoft Office o Messenger.

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